En Indonesia, y para ser francos en muchos países (aún), es un delito ser homosexual y por ello creen aceptable tener que castigar a quien es considerado para ellos “anormal”, justo como sucedió con dos jóvenes que fueron sorprendidos sosteniendo relaciones sexuales.
Los hombres, de 20 y 23 años, fueron detenidos en marzo después de que un grupo de vecinos se organizara para irrumpir en su habitación arrendada (ellos deberían de estar en prisión por invasión a la privacidad no al revés) para sorprenderlos cuando tenían relaciones sexuales y así propinarles el castigo que se merecían solo por amarse, sí tal como lo estás leyendo, solo por amarse el uno al otro.
¿Qué de malo tiene amar? Pues para los indonesios esto tal vez sea algo aberrante pues a los pobres chicos les fueron propinados 83 azotes y expuestos a la vergüenza en una plaza publica, como si se tratara de una tortura empleada en la época medieval.
