Así de fácil, los rumanos no acudieron a las urnas y por ello, el referendo convocado para prohibir constitucionalmente el matrimonio gay, ha quedado reducido a una mera consulta sin efecto alguno.
El fracaso ha sido muy claro: solo votó un 20,4 % de los ciudadanos, lejos del30 % requerido como mínimo para que los resultados del tanteo fuesen considerados determinantes.
En Rumanía se despenalizó la homosexualidad en el 2001, pero es uno de los pocos países de la Unión Europea que continúa sin reconocer este tipo de enlaces. Lo que los rumanos votaban este domingo era si su Carta Magna debía ser más clara: especificar que el matrimonio solo se entendía como una unión entre un hombre y una mujer, iniciativa surgida de la asociación civil Coalición por la Familia. Consideran que el término neutral -«unión entre dos personas»- puede dar pie a una reforma que permita la legalización de los enlaces gays. Según los datos oficiales, recogidos por Efe, solo un 18,7 % de los 19 millones de ciudadanos acudió a las urnas.