Hoy en nuestra nueva sección de lectura y recomendación, la redacción decidió recomendar una joya en la literatura LGBT y con ello nos referimos a “Girl, Girl, Girl” de Ros Serra quien es de Albacete Espala y, aunque te cueste creerlo ¡nació en 1998! ¿ya hiciste las cuentas para saber qué edad tiene?
La autora dio a conocer que nunca imaginó que vería su nombre en la portada de un libro físico. Pero, a sus veinte primaveras, por fin ha sido así: LES Editorial, a su vez una jovencísima editorial, le ha dado la oportunidad que a tantos otros cuesta tanto alcanzar. Ella, entretanto, se define como inexperta, feminista y ciberactivista, todo lo cual está plasmado en Girl. Girl. Girl. (2018), una encantadora novela sobre dos chicas sin nada en común que serán al tiempo maestra y pupila respectivas, aprendiendo la primera a pensar por sí misma, la segunda, a vencer los fantasmas del pasado y, ambas, a dejarse querer tal y como son. Harto entretenida y llena de sentimiento, la obra posee toques nostálgicos que recuerdan a la maravillosa película Nana (Kentarô Ôtani, 2005), basada en el manga de Ai Yazawa, que también presentaba la amistad inusual entre una pija y una rebelde, ambas con mucho más que ofrecer de lo que tal resumen adelanta. Sin embargo, lo que allí era mera amistad (los fortísimos lazos femeninos nipones, fácilmente confundibles con otra cosa desde la perspectiva occidental) aquí es, evidentemente, algo más, desarrollándose poco a poco una historia de amor que es al tiempo sencilla y difícil al ser las dos protagonistas guerreras incapaces de hacer oídos sordos a la fragilidad que albergan sus torturados corazones.
Que Girl. Girl. Girl. es una ópera prima se nota irremediablemente para bien y para mal: hay cierta ingenuidad en el desarrollo de los personajes, sobre todo en lo que al rápido abrazo del feminismo respecta (quizá porque la autora se ha criado en un contexto donde cualquier alternativa se antoja absurda), pero también mucha frescura y honestidad en la presentación de los mismos, a destacar la naturalidad con que se despliega el grupo de amigos en el que (quizá con demasiada facilidad) se adentra la narradora, donde la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad conviven de un modo envidiable. No es una obra perfecta, pero sí una llena de candor y sentimiento que entretendrá fácilmente a todo lector que no se haga el snob pero llegará especialmente a los Milennials, quienes ciertamente merecen (merecemos) más historias como esta.