Antes de que crean que les hablo directamente, yo me incluyo en este grupo de personas que han pasado por ello: te hartas de Grindr, te borras la app pero al cabo de un tiempo vuelves a caer y la reinstalas. Y quien dice Grindr dice Wapo, Scruff o cualquier app gay de contactos para ligar con otros hombres gays. Para muchos gays el ciclo de la vida es borrar y reinstalar la app de turno: «¿por qué pierdo el tiempo en Grindr?». Seamos francos: las apps de contactos a veces pueden ser desquiciantes, desperdiciando tu tiempo y tu energía y dejándote de bajón. ¿Por qué volvemos entonces a ellas? Aquí las razones ¡dinos si tenemos o no razón!
Por estar a la defensiva
Puedes pensar que eres un hombre duro y fuerte, pero todos somos seres h umanos y tenemos sentimientos. En cuanto alguien te hace daño levantas un muro, o muchos. Y estás a la defensiva contribuyendo al clima hostil que suele verse en Grindr, con mensajes como «cansado de dramas y mentiras» o similares. ¿Qué esperas encontrar estando a la defensiva?
Porque hemos perdido el elemento de platicar
Pensarás que es absurdo que en una app para conocer gente no se hable, pero es lo que ocurre. ¿Cuántas conversaciones se han quedado en nada? ¿Cuántos mensajes se han quedado sin responder? La educación a veces brilla por su ausencia. Y otras veces dejamos de hacerle caso a alguien porque siempre puede haber alguien mejor allí. El tener tanta oferta hace que infravaloremos a las personas.
Por tus estándares poco realistas
Entras y vuelves a Grindr buscando ligar con un chico sabroso con un cuerpazo de escándalo o ese chico tan guapo con una sonrisa bonita. Pero pones estándares tan poco realistas que terminas por no hacer ni caso a cualquier hombre que no se acerque un mínimo a tu ideal de perfección. Y a ti te pasa lo mismo y te rechazan. Terminas de bajón.
Porque aún hay esperanza
Hay días en los que lo único que te apetece es tener alguien a quien abrazar, porque te sientes solo y un tanto desesperado por no encontrar a nadie pese a tu incesante búsqueda en Grindr. Son esos días en los que vuelves a Grindr tras haber borrado la app, porque tal vez ahora sí que aparezca alguien con quien puedas conectar. ¿Está ahí tu media naranja, a 10 minutos de tu casa? Si no lo está, siempre habrá algún otro gay por el camino.