¿Has escuchado hablar de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales? Bueno pues en España la comunidad LGBTTTI creó este espacio de coordinación e intercambio para el movimiento asociativo, siendo un proyecto común de más de 50 asociaciones, de todo tipo, de ciudades grandes y pequeñas, de casi todas las comunidades autónomas, de estudiantes, de jóvenes, de deportistas, de transexuales, de personas con discapacidad, mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales, personas que viven con VIH, creyentes LGTB y migrantes.
Actualmente la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (FELGTB) ha presentado un estudio sobre personas LGBT mayores de 55 años que, aunque solo abarca 145, muestra que un 50% de ellos mostraron públicamente su condición sexual durante gran parte de su vida, pero la mitad de ellos decidieron volver a ocultarla al cumplir esa edad. Los síntomas de depresión afectan a un 30% de ellos, lo que triplica los datos de la población general, y un 39% ha tenido pensamientos suicidas. Manuel Martínez, director del Imserso, ha acudido a la presentación del estudio y coincide en el análisis: “Hay que avanzar en el mejor trato de las personas mayores en general, pero sobre todo de aquellas que puedan tener más vulnerabilidad, como son las LGTB”.
Federico Armenteros, presidente de la Fundación 26 de Diciembre, explica que su ONG recibe muchas llamadas de personas ingresadas en centros de mayores que no pueden mostrar su homosexualidad. Pese a ello, no existe ningún recurso específico en España para ellos, aunque la fundación está trabajando para poner en marcha la primera residencia de España para mayores ¿y en México?
En México se dio a conocer en el 2017 el movimiento de Samantha Flores quien abrió el primer albergue para adultos mayores LGBT en México, creando un espacio seguro donde sean libres de ser ellos mismos. Un lugar sin juicios. Un lugar sin discriminación.
El hogar se llama Laetus Vitae, y es para personas mayores de 60 años. Flores está solicitando fondos a través de Donadora para mantener la casa en funcionamiento, la cual se abrió a principios de 2018. Actualmente hay dos huéspedes, y tiene la capacidad de albergar hasta diez personas. El albergue se mantiene mediante donativos y el primer monto sólo alcanzó para la renta del local y algunos arreglos, sin embargo se necesitan más recursos para lograr el sueño de Samantha.
¿Alguna vez has pensado qué será de ti en la vejez? Invitamos apoyar este tipo de asociaciones, hoy por ellos, mañana por ti.