De esas anécdotas que cuentas y que si no hay una prueba casi nadie se la cree. O sea, vas por la calle, te encuentras a tu ídolo, que se para contigo a escuchar tu historia, y esta le emociona tanto que lo primero que tiene a mano es su chaqueta y te la regala. Pero ha ocurrido. Y la protagonista es Lady Gaga.
Shannon McKee es la afortunada fan, que ha narrado su experiencia a la publicación TODAY. Tal y como ella misma afirma, salió por la noche a dar un paseo por una zona de Nueva York, aparcó al camioneta y se puso a andar y de repente vio a su idolatrada Lady Gaga que, aunque iba con mascarilla, ella pudo reconocer.
La autora de éxitos como Poker Face, Bad Romance, Born this way o Stupid Love había salido con su pareja, Michael Polansky, para buscar algo de comida para llevar y en ese pequeño trayecto fueron alcanzados por McKee, que abordó a la artista con una frase que ya nunca olvidará.
«Oye, esa chaqueta que llevas puesta es de badass [malota]», algo ante lo que Gaga solo pudo responder con un «Gracias». Eso sirvió a McKee para «reconocer su voz», aunque ella misma afirma que «no es de esa clase de gente que aborda a los famosos».
Sin embargo, algo hizo que se detuviera de camino a su vehículo y volviera al lugar en el que estaba la celebrity a decirle algo muy importante. «Tenía una historia que quería compartir con ella y sentí la necesidad de que ella debía escucharla a través de mí», asegura McKee, que trabaja de peón y de niñera, y que volvió, preguntándole si era de verdad Lady Gaga.
Ante la respuesta afirmativa, le contó: «Mi mejor amigo del instituto era muy fan de ti. Y tú eres la razón por la que salió del armario conmigo y sus cinco primeros tatuajes son sobre ti. Mi hermano también ha salido recientemente del armario. Así que solo quería agradecerte que hayas sido un apoyo tan increíble en mi vida».
https://twitter.com/gagadaily/status/1273319586880946177
Lady Gaga se quedó absolutamente sin palabras y tan conmovida que la primera reacción que se le pasó por la cabeza fue la que finalmente ha hecho célebre esta anécdota. Se quitó la chaqueta y dándosela, le dijo. «Te gustaba mi chaqueta. Aquí la tienes. Es tuya. Póntela ahora mismo. Ahora eres una malota», le aseguró.