Tenemos una noticia un poco compleja que habla sobre casos inmigración y ciudadanía, este tipo de casos a los que deberíamos prestar atención y darle seguimiento para saber qué se puede hacer en caso de conocer a alguien cercano que pase por lo mismo.
Andrew Dvash-Banks estudiaba en Israel cuando conoció a su futuro marido, Elad, un ciudadano israelí. Como en ese momento no podían casarse en Estados Unidos ni en Israel, se mudaron a Canadá, donde se casaron en 2010. Sus hijos fueron concebidos con óvulos de donantes y el esperma de cada uno de sus padres, y nacieron de la misma madre sustituta en septiembre de 2016.
Todo parecía ir bien hasta que la pareja llevó a sus pequeños al consulado estadounidense en Toronto unos pocos meses después para pedir la ciudadanía, y la mujer en el mostrador empezó a hacerles preguntas que les resultaron chocantes y humillantes.
La demanda es una de las dos presentadas el lunes por un grupo defensor de los derechos de los inmigrantes LGBTTTI alegando que el Departamento de Estado discrimina a las parejas binacionales del mismo sexo al negar a sus hijos la ciudadanía de nacimiento.
Los casos presentados en Los Ángeles y Washington por Inmigration Equality señalan que los menores de un ciudadano estadounidense que se casa en el extranjero tienen derecho a la ciudadanía estadounidense de nacimiento sin importar dónde han nacido e incluso si su otro progenitor es extranjero.
Aaron Morris, director ejecutivo de Inmigration Equality, señaló que el Departamento de Estado está aplicando de forma errónea a las parejas del mismo sexo una norma creada para los hijos nacidos fuera del matrimonio.
“Si una madre y un padre entran en un consulado y tienen un certificado de matrimonio y un certificado de nacimiento, nunca se les hacen preguntas sobre la biología del niño”, dijo Morris.
Otro caso que afecta a dos mujeres, una estadounidense y una italiana, que se conocieron en Nueva York, se casaron en Londres y dieron a luz cada una a un hijo. El Departamento de Estado no reconoció el matrimonio de la pareja, según la demanda, y solo concedió la ciudadanía al hijo biológico de la mujer nacida y criada en Estados Unidos.
Incluso para estadounidenses heterosexuales, los problemas de ciudadanía son frecuentes con los nacimientos en el extranjero, especialmente cuando se emplean inseminación artificial o madres sustitutas, explicó el abogado de inmigración Ally Bolour, que no participa en las demandas. El rechazo del Tribunal Supremo a la ley de matrimonio que impedía el reconocimiento federal de matrimonios homosexuales abrió la puerta en 2013 a posibles demandas históricas que se están presentando, explicó.
“Esto es un campo del derecho absolutamente fascinante y de vanguardia”, dijo Bolour. “Es solo una cuestión de tiempo hasta que los tribunales decidan sobre este asunto”.
Tras sendas pruebas de ADN, la pareja recibió un sobre grande y otro pequeño. El primero llevaba el pasaporte de Aiden, mientras que el segundo indicaba que la solicitud de Ethan se había rechazado.
La familia se ha trasladado después a Los Ángeles para estar más cerca de la familia de Andrew Dvash-Banks. Ethan llegó con una visa de turista que expiró el mes pasado ¡Qué triste!