Johnathan, la tortuga viva más vieja del mundo, con 186 años, habita en Santa Helena, parte del territorio ultramarino de Gran Bretaña, a 1800 km de la costa de Angola.
Nacida en Seychelles a principios del siglo XIX, llegó a Santa Helena junto a otras tres tortugas en 1882, pero se había quedado sola desde la muerte de sus amigas, y así estuvo hasta que conoció al amor de su vida. Desde 1991, Johnathan vive en una relación estable con quien hace poco todos llamaban Federica. Amor a primera vista desde que se conocieron, la pareja de tortugas tiene relaciones sexuales cada domingo por las mañanas, pero en 26 años nunca habían tenido cría.
Nadie entendía por qué, hasta que Federica se lastimó su caparazón y tuvieron que llevarla al veterinario, que descubrió lo que nadie se imaginaba: Federica, en realidad, es Federico, una tortuga macho, como Johnathan. Y ahora se sabe: la tortuga viva más vieja del mundo es homosexual.
Las relaciones entre individuos del mismo sexo en el reino animal son mucho más comunes de lo que la mayoría de las personas piensa y, contrariando los discursos religiosos que dicen que la homosexualidad es “antinatural”, están documentadas en más de 1500 especies, incluyendo mamíferos, reptiles, aves, peces e insectos.