El turismo LGBT+ ha surgido en los últimos años como una poderosa fuerza económica. La Organización Mundial de Turismo estimó que en 2016 los viajeros LGBT+ constituyeron un 10% del turismo global, además los viajeros pertenecientes a este colectivo gastan más dinero en el extranjero que sus pares heterosexuales – el informe los describe como un grupo que «viaja con mayor frecuencia y muestra patrones de consumo mayores que el promedio.”
John Tanzella, director de la Asociación Internacional de Turismo Gay-Lésbico (IGLTA), explica que, «es menos frecuente que los viajeros gay tengan hijos, y tienen más dinero y tiempo para viajar.» Eloi Morte, embajador de esta misma organización (IGLTA) en España, matiza que en los viajeros LGTBI+ existen diferentes niveles de privilegio, al ser un colectivo amplio y diverso, con diferentes niveles de poder adquisitivo. A ello subraya, que una gran parte de las estadísticas son referidas exclusivamente a “los hombres gays, que históricamente han tenido un mayor poder adquisitivo, dinámica que está cambiando para incluir a mujeres lesbianas, personas bisexuales, pansexuales, transexuales…».
“El valor total global del turismo LGBT+ es de 170 billones de euros según los informes”. El editor en jefe de la revista OutThere, Uwern Jong, afirmó en la publicación de la industria del turismo TTG Asia, «Crece en un promedio de 8% cada año, mientras que el turismo general crece sólo un 3,8%. Las personas LGBT+ han hecho un promedio de 81 millones de viajes (en 2017).»
Cada día son más las compañías que ven un importante mercado en el turismo LGBT+,la compañía aérea Iberia participa desde hace cuatro años en Fitur Gay y en el 2017 fue la aerolínea oficial del World Pride.