El modo de comercialización de ropa “fast fashion” o “moda desechable” es un esquema de ventas empleado en tiendas como Zara, Bershka, H&M, Forever 21, Shasa y otras que se dedican a vender ropa en volúmenes altos con bajos precios y estándares de calidad que dejan mucho que desear.
Las tiendas de fast fashion gozan del gusto de los compradores porque les permiten acceder a looks distintos por muy poco dinero, en comparación a lo que costaría un cambio de una marca de mayor calidad. Otra de las ventajas es que siempre tienen mucha variedad de prendas, las cuales permanecen en las tiendas por periodos muy cortos, lo cual resulta bastante atractivo para quienes siempre están buscando cosas nuevas.
Hasta aquí suena muy bien, pero ¿qué es lo que esconden estás marcas de bajo costo?
Te hacen sentir fuera de tendencia todo el tiempo
Uno de los primeros puntos es que benefician al consumismo, creando la falsa idea de “estar pasado de moda” apenas a unos días de haber adquirido prendas nuevas. Estas marcas refuerzan la necesidad de estar siempre al día en cuanto a tendencias.
Marcas como Zara tienen 52 micro temporadas al año, es decir, una por semana. Imposible estar al corriente.
La ropa es de baja calidad
Al adquirir una prenda a bajo costo es imposible creer que va a durar mucho tiempo en nuestro guardarropa, ya que son prendas que tras un par de lavadas comienzan a lucir desgastadas y con hoyos forzando a los consumidores a comprar prendas nuevas. Además, la ropa literalmente queda inútil, por lo que no puede ser donada ni reusada y se convierte directamente en desecho.
Explotación laboral
Las maquilas que trabajan para estas marcas (salvo algunas excepciones) ofrecen a sus trabajadores pésimas condiciones laborales basados en esquemas de pago de bajos salarios, sin prestaciones y con jornadas laborales que exceden las establecidas por la Ley Federal de Trabajo.
Uno de los casos que ha vuelto a poner la lupa sobre el tema de la fast fashion es la fábrica textil de Chimalpopoca, la cual se derrumbó en el sismo del pasado martes 19 de septiembre y cuyas precarias condiciones laborales salieron a la luz tras la muerte de varias de las mujeres que ahí trabajaban.
Así que la próxima vez que vayas a comprar una prenda piensa ¿qué es lo que estoy pagando en realidad?