Mientras que en África el crecimiento del VIH está en declive, Latinoamérica experimenta una situación de estancamiento en el número de nuevos contagios de VIH. De esta manera, América Latina se aleja de cumplir con el objetivo de un desarrollo sostenible sobre la prevención del VIH/SIDA, según el informe Prevención de la Infección por el VIH Bajo la Lupa, presentado esta semana, en el marco del Día Mundial de la lucha contra el SIDA.
El informe recomienda llevar adelante el enfoque de prevención combinada, que basado en evidencia científica, respetando los derechos humanos y libres de discriminación, incluye tres elementos: la oferta amplia de las intervenciones biomédicas más apropiadas a los usuarios, la promoción de comportamientos saludables y el establecimiento de entornos que faciliten el acceso y la práctica de las medidas de prevención.
«El crecimiento en el número de contagios se da en mujeres jóvenes y homosexuales hombres, que viven la misma situación de discriminación. La gente que es discriminada se esconde de la sociedad y no participa en programas de prevención (…). Nuestras estadísticas demuestran claramente que donde hay violencia hay VIH. Chicas que sufren violencia pueden tener un riesgo de VIH de 30 % a 50 % mayor que las que no sufren violencia. Más de 30 % de las mujeres jóvenes de América Latina relatan que han sufrido violencia física o sexual, esto es muy alto, es preocupante», advierte Luiz Loures, médico brasileño y director adjunto de ONUSIDA.
Según este informe, se producen aproximadamente alrededor de 120.000 nuevos contagios de VIH al año. Un tercio de las nuevas infecciones se produce en jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, mientras que el 64 % de los caso se dan en hombres que mantienen relaciones íntimas con otros hombres, trabajadoras sexuales, mujeres transexuales y personas drogadictas. El informe también revela que la zona de México y Centroamérica son las zonas en las que se registra un mayor índice de violencia contra las mujeres, un sector que afronta igualmente el problema de la falta de garantías en materia de salud reproductiva, llegando un 42 % a ser víctimas de discriminación en los propios centros de salud.
De las 540.000 mujeres que conviven con el VIH en 2016, 73.000 tiene entre 15 y 24 años de edad, siendo un total de 1.800.000 las personas seropositivas en Latinoamérica en ese año. A lo largo de 2017, se habrían producido alrededor de 27.000 nuevos contagios, una proliferación que contrasta con la capacidad de la zona para brindar tratamiento a los nuevos portadores del virus, siendo el surgimiento de un movimiento civil lo que ha llevado a los diferentes gobiernos a garantizar los tratamientos.
«Si uno mira los números de gente en tratamiento, estamos cumpliendo, pero en el número de nuevas infecciones no estamos cumpliendo, necesitamos hacer mucho más (…). Tenemos que tratar de hacer un trabajo más fuerte para terminar con la violencia contra la mujer, que para mí es una epidemia más importante que la epidemia del VIH», afirma Loures, reconociendo que los países latinoamericanos tendrán dificultades para alcanzar la meta propuesta por la ONU, cuyo plan es disminuir un 75 % las nuevas infecciones para 2020 y erradicar los contagios para 2030.