Como una de las estrategias para combatir el VIH, desde hace algunos años científicos se encuentran analizando el papel de los trasplantes de células madre. Esta estrategia cobró mayor fuerza luego de que en 2008 un hombre (conocido como el paciente de Berlín) lograra suprimir el virus de su cuerpo tras someterse a un trasplante de médula con el fin e tratar la leucemia que también enfrentaba.
El éxito de este caso se atribuyó a una particularidad del donante, se trata de una mutación genética (CCR5 Delta 32) que evita que el virus se refugie de manera latente en el organismo. Sin embargo, una nueva investigación realizada por científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañon de Madrid sugiere que podrían existir otros factores asociados al trasplante de células madres capaces de contribuir a la eliminación de las reservas del VIH en el organismo.
Los científicos analizaron a un grupo de personas que viven con VIH y que se habían sometido a un trasplante de células madre para tratar diversas enfermedades hematológicas que padecían. La meta del estudio era comprobar si existían mecanismos derivados del trasplante que podrían influir en la erradicación del VIH fuera de la mutación reportada en el paciente de Berlín.
El estudio incluyó a 6 pacientes que habían sobrevivido al menos 2 años después de recibir el trasplante. Asimismo, todos los donantes de células madre carecían de la mutación CCR5 Delta 32. Tras el trasplante todos los participantes continuaron en tratamiento antirretroviral y habían erradicado su enfermedad hematológica.