Aunque Call Me By Your Name ha acaparado los reflectores, Love, Simon tal vez sea la verdadera película que la comunidad gay necesitaba después de tantos años de espera.
Love, Simon, que en español latinoamericano se llamará Yo soy Simón, narra la historia de un joven homosexual de 17 años que está dentro del clóset durante la preparatoria.
Simon, interpretado por el actor Nick Robinson, debe ocultar su sexualidad mientras intenta vivir un romance por Internet con un compañero de escuela anónimo y afronta a otro chico que amenaza con divulgar su orientación sexual.
El protagonista se apoya en su mejor amiga Leah Burke, interpretada por Katehrine Langford, la actriz principal de la serie de Netflix 13 Reasons Why.
Esta historia, que se basa en el libro Simon vs. The Homo Sapiens Agenda, se siente cercana a muchos de nosotros.
Para quienes tenemos más de 25 años, recordar la preparatoria es evocar momentos de confusión, paranoia y ocultamiento.
En la década de los 2000, el matrimonio entre personas del mismo sexo era un concepto risible, las relaciones homosexuales vivían confinadas en las sombras y los gays y lesbianas éramos reducimos, aun más que ahora, a ridículos estereotipos.
Nosotros no crecimos con un Netflix que nos abriera las puertas a series como Sense 8 u Orange Is The New Black.
Ricky Martin no caminaba de la mano con su novio o esposo por las alfombras rojas, ni había artistas heterosexuales como Nick Jonas que acogieran a la comunidad gay.
Series como Glee, Modern Family, Brothers And Sisters o Desperate Housewives, con temáticas heterosexuales, pero con personajes LGBT, apenas iniciaban su despegue o presentaban estos temas de manera tibia.
La gran película de la década fue Secreto en la Montaña, pero pese a ser un éxito, provocaba chistes y perdió el Oscar, a diferencia de Luz de Luna (Moonlight).
Ser gay o lesbiana en la preparatoria era difícil.
Crecimos sin modelos a seguir en las referencias culturales del momento: nuestros compañeros tenían telenovelas como Rebelde o películas como American Pie.
Las “minidiscos” se volvían un suplicio porque nos sentíamos fuera de lugar, confundidos o excluidos.
No tuvimos la oportunidad de caminar por el parque de la mano de nuestro enamorado, de ir por un helado mientras intercambiamos miradas de ternura o de pasar los recreos junto a nuestro novio declarado.
Algunos de nosotros rechazamos o rompimos con la persona que nos gustaba por miedo, vergüenza o confusión.
Dejamos pasar la oportunidad del amor por culpa de una sociedad que nos atemorizaba con su rechazo, o peor aún, que invisibilizaba nuestras experiencias de amor.
Es este sentimiento el que aparecerá en la historia de Love, Simon.
Mientras Call Me By Your Name recibe críticas por no mostrar escenas de sexo homosexual y minimizar el rol de la orientación sexual en la historia, Love, Simon es la película que la comunidad gay necesita.
Simón viene a enseñarnos lo que nos hemos perdido, lo que la sociedad nos arrebató cuando éramos adolescentes.
Pero, sobre todo, a que los homosexuales tenemos derecho al amor.
Love, Simon se estrena el 16 de marzo en Estados Unidos y, de forma extraoficial, se espera que llegue a Latinoamérica a finales de ese mes.