Quizá no sea blanca ni delgada como Taylor Swift o Miley Cyrus, y aun así es uno de los nombres centrales del pop contemporáneo, ese que suena un poco menos festivo que el original, más cruzado con el hip hop.
Ha pasado un año desde que Lizzo comenzó su ascenso imparable, confirmado por ocho nominaciones a los Grammy 2020 y tres premios: mejor performance pop solista por “Truth Hurts”, mejor performance tradicional R&B por “Jerome” y mejor álbum de urbano contemporáneo por Cuz I Love You (Deluxe). Su llegada a la tapa de Rolling Stone, con fotos de David LaChapelle, resultó un reconocimiento adicional al gran talento que muchas veces pensó en abandonar la música.
“A los 31 años se ha convertido en una nueva clase de súper estrella: una cantante y rapera negra XXL que domina el espacio pop, mayoritariamente blanco y delgado, al mismo tiempo que es incansablemente edificante y abiertamente sexual en sus propios términos”, escribió Brittany Spanos en la revista. “Su historia es tan destacable y radical como su ascenso: años de duda sobre sí misma y de lucha, seguidos por un éxito poco ortodoxo impulsado por ‘Truth Hurts’, una canción que ya tiene más de dos años y ni siquiera estuvo incluida en su nuevo álbum”.
“Me hice un examen de ADN / resulta que soy 100% esa perra”, comienza el rap, pegadizo e ingenioso, que salió en 2017 y no se convirtió en el hit que ella esperaba.
“Cuando pareció que la canción desaparecía, Lizzo pensó si ella no debería hacerlo también”, recordó Rolling Stone. La convencieron de que siguiera adelante, terminó la preparación del álbum por el que acaba de ser premiada y, el mismo día que salió Cuz I Love You, en abril de 2019, sucedió algo extraño.