En la cultura Occidental nos han enseñado casi desde nuestro nacimiento que debemos dedicar todos los esfuerzos a lograr que alguien se fije en nosotros, enamorarnos y vivir felices para siempre, como en las telenovelas.
En cambio, en países como África o algunos de Oriente, se llega al matrimonio por arreglos de todo tipo, desde religiosos hasta culturales, dinero o muchas otras razones.
Pero, de acuerdo a estudios realizados por Susan Gadoua, una especialista en relaciones de parejas, tanto de heteros como de gays, el amor no es el principal motivo para lograr que una pareja sea duradera; importa también la estabilidad económica, la sensación de seguridad en todo tipo de aspectos, la empatía y el hecho de compartir sueños en común.
En nuestro caso, el tema se complica más al pasar de los 30, pues esta suele ser la época en que muchos de nosotros despertamos el sentimiento de paternidad y la idea de tener hijos se hace más fuerte. Si tu pareja no quiere tenerlos o lo deja como un asunto “meramente tuyo”, el amor se irá por el caño.
Por eso es bueno hablar de los proyectos a mediano y corto plazo, organizar nuestra vida en pareja y estar seguros que la persona que tenemos al lado estará con nosotros “en las buenas y en las malas”.