La historia del cine los considera íconos; los aficionados, ídolos. James Dean y Marlon Brando no solo se convirtieron en dos de los actores más destacados de su época, sino que se convirtieron en referentes prematuros del Hollywood dorado. Por ello, que se conocieran era un caso inminente. ¡Te invitamos a leer sobre la turbulenta relación homosexual entre estas leyendas!
¿Quiénes eran James Dean y Marlon Brando? James Byron Dean es una de esas figuras de Hollywood que permanecen intactas en el imaginario de la audiencia. Nacido en Indiana, Estados Unidos, el 8 de febrero de 1931, fue un versátil artista que contemplaba profesionalmente su carrera como actor en teatro, cine y televisión. James Dean solo participó en tres filmes, suficiente para convertirlo en una joven leyenda de la época dorada de Hollywood.-
Desafortunadamente, tanto su vida como su carrera llegaron a su fin en un accidente de tránsito, el 30 de septiembre de 1955, año en el que estrenaría su última y más exitosa película, Rebelde sin causa (Dir: Nicholas Ray). Por su parte, Marlon Brando Jr., original de Nebraska, Estados Unidos, nació el 3 de abril de 1924 y vivió los mejores años de la historia del cine. Su formación teatral de la mano de Stella Adler, entre otros factores, lo situaron entre los actores más codiciados de Hollywood.
A Brando se le otorgó el Oscar a Mejor Actor en dos oportunidades; la primera por On the Waterfront (1954), largometraje también dirigido por Elia Kazan; y luego por su icónica interpretación del papel de Vito Corleone en la adaptación cinematográfica de la obra de Mario Puzo, El Padrino (1972), llevada a la gran pantalla por Francis Ford Coppola.
¿Cómo se conocieron Dean y Brando? De acuerdo con la última biografía publicada sobre la vida del actor norteamericano, James Dean: Tomorrow Never Come, o «James Dean: El mañana nunca llegó» escrito por Darwin Porter y Danforth Prince, los actores se conocieron en 1949, en Nueva York.
Tras presentarse formalmente, la relación de los actores, aunque discreta por motivos del entorno puritano, propio del Hollywood de los 40, se comenzó a tornar más cercana. Incluso, los autores señalan que en su primera conversación, el joven aspirante a actor confesaría a Brando que no se encontraba completamente seguro de algo en la vida, salvo de su admiración hacia él.
Desde Truman Capote -autor de Breakfast at Tiffany’s– hasta Stanley Haggart, un amigo cercano de Dean, contaban que el joven seguía a su ídolo a todos lados. Sin embargo, Brando solo lo requería cuando se trataba de satisfacer sus propias necesidades.