Recientemente se ha celebrado en Marruecos el Día del Orgullo Gay. Por su puesto, en un país en el que el artículo 489 del Código Penal prohíbe la práctica de la homosexualidad. Por ello en la marcha no existen carrozas ni cuerpos semidesnudos dorándose al sol.
Amar a una persona del mismo sexo está castigado con penas que van de los tres meses a los tres años de prisión. Aún así, los movimientos LGTB clandestinos conmemoran el suicidio en 2007 de Leila Amrouche, una activista marroquí que prefirió acabar con su vida a someterse al matrimonio forzoso con el que su familia pretendía curar su homosexualidad.
Por ello hemos decidido escribirles sobre Mohamed VI casi como narrando una película, y es que no entendemos cómo es que se puede manejar Marruecos con el nivel de prohibiciones con el que actualmente se encuentra cuando la principal figura de poder esconde un colorido secreto ¡Todos saben que es gay!
1999 supuso una pequeña pero importante ruptura con lo que hasta aquel entonces había vivido el país con el Rey Hassan II, su padre. Mohamed VI se erigió como un monarca modernizador, y en sus casi 19 años de reinado ha introducido cierta liberalización económica y social en Marruecos. De hecho, en la controversia sucesoria, el sector más conservador de la sociedad prefería a su hermano pequeño, Mulay Rashid, ya que desconfiaban de Mohamed por considerarlo “demasiado liberal y moderno”.
Y, en efecto, en sus primeros años adoptó medidas que se alejaban de las antiguas costumbres marroquíes y que suponían un compromiso con una sociedad más abierta y democrática. Por ejemplo, despidió de inmediato al ministro del Interior, Driss Basri, mano derecha de su padre, al que se relacionaba con algunas de las violaciones de derechos humanos más crueles de Marruecos, y en 2017 ha ido retirando la ancestral costumbre del ‘besamanos’.
Sin embargo, esa aparente democratización del país no lo fue tanto, dando lugar a las protestas marroquíes de 2011, dentro del movimiento de la Primavera Árabe. Estas protestas, contextualizadas en un momento de crisis económica, surgieron también a raíz de la corrupción y el descontento político general en el país, y lo cierto es que lograron la aprobación de algunas reformas políticas propuestas por el propio Mohamed VI, que consiguieron apaciguarlas momentáneamente. Pero, ¿quién es en realidad este monarca ‘moderno’ y peculiar?
Bueno, antes de mostrar parte de los encabezados que ha logrado durante su vida, les advertimos que el chico que viste esta nota no es el príncipe del que hablamos, sino el siguiente:
Labor de ‘relaciones públicas’
A pesar de la apariencia democrática, hoy en día Marruecos sigue siendo prácticamente un país regido por una ‘monarquía absoluta’. De este modo, el rey está en la cima del sistema, pudiendo disolver las cámaras, nombrar al jefe de Gobierno, presidir el Consejo de Ministros, etc. Sin embargo, el verdadero poder no lo ostenta Mohamed VI, sino que en Marruecos existe el ‘majzén’, una especie de gobierno en la sombra, que es quien controla todo.
El Rey Mohamed VI y François Hollande
Este ostentoso regalo estaba compuesto por cuatro artículos: un broche de oro en forma de flor, decorado con diamantes y rubíes, un reloj de oro con diamantes y esmeraldas incrustados y dos pares de pendientes, de oro y plata respectivamente y también con piedras preciosas. La existencia del presente, demasiado ostentoso y probablemente inconveniente, no se ha conocido hasta este año, pero sin duda refleja buena parte de la personalidad de Mohamed VI.
Rey sin harén
Otra de las singularidades que trajo consigo Mohamed VI al llegar al trono fue la disolución del harén real, algo muy común los países árabes. Si bien era costumbre que el Príncipe heredero estuviera casado antes de convertirse en rey, este no fue el caso del Monarca alauí, que contrajo matrimonio con Salma Bennani en 2002, tres años después del fallecimiento de su padre. Bennani, quince años menor de él, no pertenecía a la nobleza, era ingeniera informática, y sin duda su imagen y presencia ayudaron a modernizar el país.
Mohamed VI y Lalla Salma de Marruecos en su boda
Durante el reinado de Hassan II, ninguna de sus dos mujeres apareció nunca en público. Sin embargo, este no ha sido el caso de Lalla Salma, nombre que adquirió Bennini tras el matrimonio. La que fuera esposa de Mohamed VI no solo decidió aparecer públicamente sin velo y con la cara al descubierto, exhibiendo siempre su característica melena pelirroja, sino que además hizo que el Rey acabara con el harén. En efecto, mientras el harén de su padre estaba formado por más de 50 mujeres, aparte de recibir habitualmente a jóvenes como ‘regalo’, al parecer Lalla Salma habría puesto como condición al casarse que Mohamed VI se pasase a la monogamia, algo que el soberano cumplió sin reparos.
Un divorcio comentado
Si bien la boda de Mohamed VI y Lalla Salma no fue un evento celebrado en exceso (al menos públicamente) debido a la situación por la que pasaba el país, su divorcio, anunciado en marzo de 2018, sí fue muy comentado. El matrimonio tuvo dos hijos, el Príncipe Mulay Hassan, nacido en 2003, y la Princesa Lalla Khadija, que vino al mundo en 2007. No hay en absoluto antecedentes de monarcas marroquíes que se hayan divorciado, por lo que este hecho marca sin duda el carácter de un rey contemporáneo. El divorcio de Mohamed VI y Lalla Salma trajo consigo algunas incógnitas, principalmente sobre lo que iba a ser de ella tras este episodio. Además, reavivó unos rumores que pesan sobre el monarca desde antiguo, los relativos a su orientación sexual. Y es que alrededor de Mohamed VI siempre han surgido, de algún modo u otro, informaciones que apuntarían a su homosexualidad. Se dice que en su época de estudiante en Bruselas frecuentaba, habitualmente y según varios testimonios, bares de ambiente gay, y que Hassan II llegó a contratar un espía para seguir sus pasos. Este hecho sería otro de los motivos por los que el pueblo marroquí prefería a su hermano menor para acceder al trono.
París ha sido el destino elegido por el soberano para realizarse esta operación, algo que ha sido cuestionado en su país, pues algunos no entienden que no se haya operado en Marruecos. A pesar de estas ausencias, Mohamed VI es un rey respetado por su pueblo, idolatrado incluso, y cuya figura jamás ha sido cuestionada en voz alta. Además, su cercanía, que no acaba de encajar del todo en su país, le ha llevado a ganarse el atributo de ‘rey de los selfies’.
La página de Facebook dedicada a él
Esta relación entre Mohamed VI y la fotografía es de lo más curioso que rodea la vida del monarca. Algunos lo llaman excéntrico, por haber posado en diversas ocasiones para portadas de revistas como ‘Time’ o ‘Telquel’; otros destacan su cercanía, alimentada principalmente por las miles de fotos personales que una página de ‘Facebook’ reúne del monarca. En efecto, Mohamed VI cuenta en esta red social con una cuenta llamada «Rey de Marruecos» creada por el joven Soufiane El Bahri, al que algunos llaman ya su foógrafo personal.
El Rey Mohamed VI y su hijo, en una foto de Soufiane EL Bahri
El joven que se ha hecho muy famoso gracias a esto, ha sido interrogado en varias ocasiones sobre este misterio. En 2016 afirmó que las fotos se las proporcionan los propios fotografiados, pero sin embargo, algo no encajaba con las instantáneas más personales. «Es un secreto», dijo el joven. Sea como sea, gracias a ellas se ha podido conocer una faceta totalmente desconocida y cotidiana del Rey de Marruecos, ya que en el ‘álbum’ se le puede ver tocando la guitarra, jugando al billar, o paseando por la calle como un turista más. Sin duda, Mohamed VI es y seguirá siendo un monarca peculiar y misterioso.