En diciembre unieron sus vidas bajo un acta civil que dice matrimonio, sin prensa, sin hacerlo público, ellas se unieron como esposas, en esa acta que aún dice “el” y “ella”, ya que las autoridades no tienen el cambio.
Y es que la ley en Hidalgo sigue igual en el código civil, “un solo hombre puede casarse con una sola mujer”. Yolanda Molina, coordinadora estatal de la campaña de matrimonio igualitario, detalló el avance que tiene el estado en la aprobación de esa figura jurídica.
Desde el 8 de agosto de 2014, seis personas interpusieron el primer amparo en Hidalgo para impugnar la ley familiar en sus artículos 8, 11 y 143 que hablan del matrimonio, el concubinato y los fines de procreación. Desde ese momento, la condición de la comunidad LGBT es distinta, ahora pueden casarse, tener seguridad social, prestaciones compartidas, es decir, igualdad de derechos como el resto de la sociedad.
Harami y Lupita son parte de quienes se atrevieron a dar ese paso, ahora son esposas, “ahora puedo decir en el Seguro que ella es mi esposa, pasamos a consulta juntas, para ella es el reconocimiento de los que somos”, dice Harami en entrevista.
Ellas residían en diferentes ciudades, pero su amor no acababa, hace seis años se propusieron matrimonio, y comenzaron el camino en el que buscaron opciones para hacerlo en la Ciudad de México; años después se encontraron con Yolanda Molina, coordinadora del nodo Hidalgo de la campaña del matrimonio igualitario que promueve el casamiento entre personas del mismo sexo.
Ella las asesoró para que tramitaran el amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien dio su aprobación para que ambas contrajeran matrimonio. Ahora con el acta, Harami y Lupita comparten la seguridad social, ambas reciben atención médica en el IMSS desde febrero de 2014; el Instituto Mexicano del Seguro Social comenzó a afiliar a parejas del mismo sexo, en congruencia con los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como interpretación del artículo primero constitucional y en cumplimiento con la resolución 2/2011, emitida por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
“Fuimos y la verdad nos trataron muy bien, pensamos que nos iban a decir algo, pero la señorita nos atendió muy bien, nos dio las indicaciones para nuestro carnet, y para asignar nuestro número de consultorio. Y ahora también los bienes que tenemos son para ambas, mi preocupación era protegerla y ahora ya como mi pareja ante la ley, ella está segura”, declaró Lupita.
Para ambas, la comunidad se hace poco visible, argumentan que además de ser población económicamente activa, que paga impuestos, también son ciudadanos que deben participar en la toma de decisiones y participar en foros, encuentros y lugares de reflexión, incluso más allá de las marchas que hacen sobre el orgullo.
La comunidad debe ser tomada en cuenta ya que son votantes y parte de una sociedad que demanda igualdad, respeto a los derechos y la misma garantía de servicios para todos. En ese sentido ambas hacen un llamado para que los LGBT se hagan visibles y participen de la vida pública. Como una defensa de quienes son y el rol que desempeñan dentro de los grupos sociales.