Mientras vivía en Sudáfrica, Pallo Mandela tuvo que huir de su país y de su familia cuando le dijeron que le habían pillado con un hombre. Soñó con la libertad mientras volvía a viajar en autobús desde Kenia durante siete días hasta llegar a Pretoria, donde ahora vive como una persona abiertamente LGBTQ+, a pesar de algunas leyes que demuestran lo contrario: esta discriminación sigue existiendo en este Estado-nación progresista conocido en todo el mundo, porque hace tanto tiempo que a los negros se les permite entrar legalmente en los parques sin restricciones ni ser encajonados en espacios designados sólo para una raza: ¡la humana!