Existe una tendencia a nivel sexual que siempre se ha asociado a los hombres heterosexuales en una relación: el concepto cuckold. Es lo más sencillo del mundo: es el placer que uno encuentra cuando le ponen los cuernos. Eso se ha traducido en una infinidad de pelis y escenas porno en las que vemos como un hombre de mediana edad, con poco atractivo físico, está casado con una verdadera porn star y juntos, deciden que ella se acueste con otro hombre mientras el marido mira y disfruta de la escena sin poder interactuar.
En la vida real, esta fantasía es menos exagerada, y muchas veces implica que el marido anima a la mujer a acostarse con otros hombres sin que él lo sepa. Pues bien, esta tendencia sexual se está imponiendo también en el mundo LGBTTTI.
Un reciente estudio ha investigado la conducta detrás de este fetiche que gusta cada vez a más gente. Por un lado, reconocen que la llegada del matrimonio gay ha disparado la obsesión de muchos gays por probar el cuckolding y ver como su marido se acuesta con otro, ya sea delante suyo o fuera de casa.
Pero claro ue en muchos casos la fantasía decepciona una vez se vuelve realidad, ya que no es lo mismo soñar con que tu marido se acuesta con otro que realmente verlo y vivirlo ¡Qué fuerte!