Qué bello es Montenegro, ese pequeño país al sureste de Europa situado en la península balcánica entre Bosnia y Herzegovina, a un costado de Serbia; bueno, este es el escenario donde se llevó a cabo la votación para legalizar las uniones civiles entre personas del mismo sexo, convirtiéndose en el primer país europeo fuera de Europa Occidental y de la Unión Europea en hacerlo.
Los legisladores del pequeño país balcánico llegaron a la decisión el miércoles (1 de julio) después de que la ley recibiera 42 votos en el parlamento de 81 escaños. El primer ministro de Montenegro, Duško Marković, lo calificó como «un gran paso en la dirección correcta para la sociedad montenegrina, su madurez democrática y los procesos de integración». El Presidente Milo Đukanović también acogió con beneplácito la medida, declarando en Twitter que Montenegro está ahora «un paso más cerca de unirse a las democracias del mundo más desarrollado».
«Es una confirmación de que nuestra sociedad está madurando, aceptando y viviendo las diferencias», añadió. «¡Nacido libre e igual en dignidad y derechos!» Lamentablemente, eso no es estrictamente cierto: aunque a las parejas montenegrinas del mismo sexo se les conceden casi todos los mismos derechos que a los heterosexuales, siguen sin poder adoptar o acoger niños.
Las parejas de lesbianas no pueden someterse a la FIV en el país y la subrogación está prohibida para todas las parejas, independientemente de su orientación sexual. No obstante, la comunidad LGBT+ montenegrina celebra el importante paso hacia la igualdad.