Levante la mano quien piense lo siguiente: “No existe un modo de goce más elegante que el amor entre hombres”, después de esto, deben saber que es de esta manera que arranca ‘El gran espejo del amor entre hombres’, el clásico japonés del siglo XVII de Saikaku Ihara que acaba de ser reeditado por Interzona.
¿Qué onda con este libro? Bueno deben saber que la obra habla en veinte episodios entre samuráis y muchachos jóvenes. Narra aventuras de amor y de deseo y de pasión por la contemplación de la belleza. La segunda zona del libro reúne otros veinte episodios sobre amoríos y aventuras con actores del teatro kabuki. Gente de todas las clases sociales era atraída a estas animadas representaciones que duraban todo el día.
El mundo que vivió y retrata Saikaku Ihara (1642-1693) fue un tiempo de paz y prosperidad. Ante ese optimismo vital, con samuráis ociosos y la necesidad de dirigir los recursos de comerciantes adinerados, el gobierno Tokugawa crea los barrios de placer, donde ubica a teatros y burdeles. Se trata de una suerte de ciudad dentro de la ciudad, un reducto regido por reglas propias y bien diferentes a la realidad puertas afuera. Un mundo encantado, un «mundo flotante» o ukiyo. Cualquiera con sentido del estilo, y los medios para procurárselo, era bienvenido en esa aristocracia del goce. La famosa ola de Hokusai es un emblema que describe este tiempo de desenfado, en el que se vive para gozar de todos los placeres, dejándose arrastrar por la corriente, simplemente flotando.