El presidente de la Cámara de Comercio Gay Lésbica de Argentina, Pablo de Luca contó el rol que tiene El Calafate en ese mercado turístico.
“No quiero que me obliguen a salir del closet en cada momento”, dice Pablo de Luca, el presidente de la Cámara de Comercio Gay Lésbica de Argentina al hablar sobre el trato que reciben las parejas del mismo sexo, por ejemplo, al momento de llegar a la recepción de un hotel con una reserva de varias semanas con la que se pidió una cama matrimonial.
El cierre del “GNetwork 360”, Conferencia Internacional de negocios y Turismo LBGT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) se realizó en esta ciudad de hermosos paisajes, como celebración de los 10 años que Santa Cruz, y en particular El Calafate firmaban el convenio con esa Cámara de Comercio con sede en Buenos Aires. El acuerdo consistió en que el Estado facilitaba la llegada de integrantes de la cámara para promocionar el mercado turístico gay y capacitar a los prestadores de servicios para que comenzaran atender turistas de ese mercado sin que el visitante se sintiera rechazado o discriminado.
“Hace Díez años solo figuraba Buenos Aires como destino argentino para el turismo gay. Hoy Calafate es un destino que tiene protagonismo propio, es lo que notamos en las mediciones de grandes mercados como el de Estados Unidos”, comentó De Luca. “A veces mas, otras veces menos, pero nunca hemos dejado de trabajar juntos, se nota que trabajan cotidianamente con publico LGBT”, siguió diciendo sobre El Calafate.
Si bien aún no está cuantificado, la villa turística recibe cada vez más turismo LGBT. Se nota en las calles.
“Todos están sorprendidos como les han roto prejuiciosos, imaginaban que por ser una ciudad chica iban a ser vistos de una u otra manera. En todos lados se sintieron incluidos”, comentó De Luca sobre la experiencia de periodistas, bloggers y representantes de medios especializados que visitaron la zona la semana pasada. El camino está marcado, aunque aún falta por hacer.