La homofobia en cualquier parte del mundo nos afecta a todos y Estados Unidos puede presumir de haber legalizado el matrimonio gay en todo el país, pero también tiene ante sí mismo un récord de la vergüenza: aumentan los asesinatos a personas LGBT por motivos de género y orientación sexual.
En 2017, murieron un 86% más de personas que en 2016, lo cual es una verdadera locura, y aunque imaginamos que parte de ese aumento es el reconocimiento por parte de las autoridades de los crímenes LGBT, el país tiene que plantearse muy seriamente cómo está afrontando la tolerancia y el respeto.
Dentro de estos números tan terribles, el colectivo más vulnerable es la gente LGBT de color. Más del 70% de las personas muertas eran de color, y especialmente chicas transexuales, el colectivo que más sufre el odio y las vejaciones sin que prácticamente nadie haga nada.
El asesinato de hombres gays o bisexuales ha aumentado de 4 en 2016 a 20 en 2017. Son cifras que pueden parecer bajas en un país con 300 millones de habitantes, pero lo que no podemos permitir es que la tendencia siga en aumento. Hemos de educar a la sociedad y conseguir que la orientación y la identidad sexual nunca sean motivo de odio y de agresión física o verbal.