La diversidad de diferentes identidades y sexualidades está abriéndose a nuevos panoramas conforme se van creando agrupaciones que se sienten afines a un nuevo concepto. Así se han creado cada una de las letras que conformar el acrónimo LGBTIQ+.
Activistas buscan integrar un nuevo concepto, la K de Kinky, para todos aquellos que ejercen su sexualidad de forma libre a través de fetiches, filias, actividades sexuales inusuales o no “normativas”. Integrándose así a los conceptos: lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, intersexual, queer, curioso, asexual, agénero, aliado, pansexual, polisexual, entre otros.
Aunque muchos miembros de la Comunidad LGBT realizan prácticas “kink” o “fetichistas”; la activista Claire Heuchan señala que debería de haber una separación por lo que debe de establecerse en un nuevo concepto que integre estas expresiones:
“Las personas con problemas (refiriéndose a aquellas que se definen como kink) no pueden pertenecer al acrónimo LGBT pues ellas no se enfrentan a ninguna discriminación estructural o sistémica como resultado de sus inclinaciones sexuales. Si el acrónimo del arcoíris abarca a todos, pierde significado. Pues significaría que provee a todos un refugio siendo que fue diseñado en primera instancia para proteger a personas marginadas”, estableció la activista, bloggera y autora del libro “Sister Outsider”
Heuchan establece que quienes realizan prácticas leather, S&M, urófilas y escatológicas, pup play, entre otras, están integradas al nuevo acrónimo “K”, ya que considera que estos practicantes han creado sus propias agrupaciones debido a que han sido discriminados de la sexualidad gay, lésbica, bisexual y transexual a la que podrían integrarse.
Por su parte, Sarah Preston, twittera, argumentó que “los fetiches no deben pertenecer al mismo acrónimo donde se representan sexualidades e identidades, pues todos viven y gozan diferentes fetiches”.