No todos los espectadores conocen el pasado de la actriz que interpreta a la matriarca del drama familiar This is Us. Mandy Moore es su nombre y tal vez algún memorioso le suene de las épocas en las que todas las incipientes cantantes querían parecerse a Britney Spears, que había llegado al mundo de la música para cambiarlo por completo. Ese fue el caso de esta actriz antes de ser la sacrificada Rebecca Pearson en la serie de Fox Premium.
Antes de ser una mamá dulce y una esposa ideal en This is Us, Mandy fue un emblema de la música pop de los 90. Formó parte de ese grupo de adolescentes sensuales que hacían vistosos videos con coreografías, bailarines y en los que brillaban tal como lo hacía por ese entonces Britney, “La Princesa del pop”, como se la llamaba por ese entonces. Todas querían ser como la chica que surgió en Disney y cumplió su sueño de sacar discos, llenar estadios, triunfar dentro y fuera de los Estados Unidos y entrar de lleno al mundo del show business.
Admiradora de Bette Midler y de Madonna, la entonces teen tenía el pelo rubio y platinado soñaba con triunfar. En esos tiempos se subían al tren del éxito Christina Aguilera y su “Genio en la botella”, Jessica Simpson con “Irresistible” y la chica nacida en 1986 en New Hampshire, Mandy Moore, que cantaba sus éxitos “Candy” y “I wanna be with you”. Fue esta adolescente, con su voz de soprano y sus apenas 15 años, que nacía para le mostraba al mundo su talento para la música. Esa voz perfecta la llevó años más tarde a interpretar la voz de Rapunzel en “Enredados” y cantar todas sus canciones.
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La carrera de Mandy Moore se disparó y no paró de crecer. Pero hubo un gran camino desde esta chica con una voz dulce y sensual hasta la adorada Rebecca Pearson de la serie de Dan Fogelman.
Luego de alcanzar el éxito en la música, que no fue el mismo de Britney, llegó con paso firme a Hollywood, con una pequeña participación en Diario de una princesa, donde se presentaba como la antagonista de una jovencísima Anne Hathaway. Allí comenzó una carrera que opacaría su propia carrera musical.
A la incipiente actriz le llegó un protagónico en A walk to remember (Un amor para recordar), más adelante Porque yo lo digo, junto a Diane Keaton, y Licencia para casarse donde compartió cartel junto a Robin Williams. Así se convirtió en la chica de la sonrisa perfecta que alternaba la música con el cine aunque este arte acaparó los flashes.
Una chica con una voz dulce y melódica canta en un bar. Es hija de padres adinerados y tiene el sueño de dedicarse a la música. Allí entra en escena un joven de origen humilde, con una historia familiar difícil, que se rinde al hechizo de esa voz y el cuerpo de la mujer que se va a convertir en la chica de sus sueños. La historia de amor entre Rebeca y Jack parece salida de un cuento de hadas. Ellos son el alma de This is Us.
Así somos o esto es lo que somos. Tal vez esas sean las dos traducciones literales al castellano de esta serie que rompió esquemas y que, durante esta cuarentena, logró que miles se acercaran a ella por primera vez. No hay episodio en el que no se llore, ni tampoco en el que sientas que alguna fibra de tu interior se ve tocada.
This is Us conmueve, sensibiliza, emociona. Y encontró un elenco perfecto para esta misión: Mandy Moore y Milo Ventimiglia, el matrimonio de Rebecca y Jack Pearson. Y si a esta pareja le faltaba algo para llegar a la perfección eran los hijos. Ella queda embarazada de trillizos y uno de sus hijos nace sin vida. Sobreviven los bebés Kevin (Justin Hartley) y Kate (Chrissy Metz) y en ese mismo día del nacimiento es abandonado un bebé en la puerta del Hospital que los Pearson adoptan y lo nombran Randall (Sterling K. Brown). Jack los reagrupa bajo el lema de “The Big Three”, a estos tres niños que vienen a cerrar a la perfección la vida que armó junto a Bec.