El amor gay, la amistad gay, el sexo gay… y la figura del amigovio gay. Las relaciones que tenemos hoy en día a veces pueden ser complicadas, a veces nos encontramos con gays que no quieren ponerse etiquetas y con gays que esperan una cosa del otro muy diferente a la que el otro espera del uno. Pero en esa zona gris entre tener una amistad y tener una relación estable encontramos un amplio espacio, propiciado por la tendencia cada vez más importante a tener sexo casual y ese mundo en el que dividimos a las personas entre deslizar a la izquierda o deslizar a la derecha. A veces ese sexo casual que iba a ser solo cosa de una vez va bien y a ambos os apetece repetir, pero sin llegar a más. Surge ahí la figura del amigovio, una figura que es difícil mantener, porque para muchos sigue siendo complicado tener a alguien con quien tener sexo sin tener sentimientos amorosos. Si encuentras un buen amigovio no lo dejes escapar y no estropees lo que tenéis con alguno de estos 5 errores que cometes al tener un amigovio gay.
Esperar que sea tu novio
Asumir que un amigovio acabará convirtiéndose en una relación estable es el mayor de los errores que puedes cometer. Con un amigovio nunca deberías tener expectativas más allá de un buen polvo. Está claro que si quieres repetir una sesión de sexo gay con alguien es porque el sexo te ha gustado, pero también porque estás cómodo con esa persona. Pero el que estés cómodo y todo vaya bien en la cama no significa que debas esperar a que vaya a algo más. Puede pasar que un rollo de una noche se convierta en el amor de tu vida o en tu pareja por un tiempo, pero las expectativas pueden hacer que acabes con una gran decepción.
Pasar de otros
Que tengas un amigovio con el que el sexo gay es estupendo no significa que debas ignorar otras posibilidades y otras relaciones con otras personas. Que tu amigovio o amigo con derecho a roce te satisfaga no debería ser motivo para que dejes te buscar satisfacciones en otras personas. Puedes tener varios amigovios al mismo tiempo, porque es probable que él esté haciendo lo mismo. Nadie ha hablado de amigovios exclusivos, ¿no? Y entre roce y roce puede que encuentres algo más.
No ser claro
Tampoco decimos que tengáis que hablar y firmar un contrato de amigovios, pero si no quieres estar cuestionándolo todo de manera constante pregunta qué estáis haciendo. Pon límites, los límites que estimes necesarios, ya sea nunca dormir juntos o no hablar de otras relaciones. Es mejor ser honesto y directo que dejar las cosas en el aire, porque siempre podrán ser malinterpretadas por las dos partes.
Leer entre líneas cuando no hay nada que leer
Enlazando con el punto anterior tenemos lo que ocurre cuando las intenciones no están claras: que nuestra cabeza da vueltas y empezamos a ver cosas donde no las hay. Empezarás por analizar mensajes de Whatsapp con más detenimiento y esfuerzo que el que ponías en clase de literatura, y de un «¿quedamos esta noche?» sacas ya tu propia trilogía de películas. ¿Qué quería decir? ¿Qué significa que haya utilizado este emoji y no este otro? ¿Qué…? ¿Y si…? ¡Para! No te compliques más de lo debido y disfruta del sexo gay. Nada más.
Querer saber sobre terceros
A algunos les parece estupendo tener amigovios gays y charlar, pero hay un tema que no deberíais tratar salvo que a los dos os apetezca mucho: otros amigovioss, otros amigos con derecho a roce, otras relaciones… Los celos siempre pueden estar ahí y ya sabes lo que dice de que las comparaciones son odiosas. Aunque tengas claro que jamás llegarías a ser el novio de tu amigovio, puede que no te siente muy bien saber que se está tirando a otro más joven que tú, más guapo que tú y con mejor rabo y culo que tú. Ojos que no ven (o imaginan), corazón que no siente.