Nuevamente el presidente ruso Vladimir Putin se burló de la embajada de Estados Unidos en Moscú, que había colgado a finales de junio una bandera arcoíris, símbolo de la lucha homosexual, en su fachada.
Durante una videoconferencia, respondiendo a una diputada que le señaló que la embajada había colgado la bandera para el «Mes del Orgullo», Vladimir Putin preguntó con una sonrisa: «¿quién trabaja en este edificio?».
«Dejémoslos celebrar. Esto dice algo sobre la gente que trabaja allí», continuó, según la televisión. El presidente ruso firmó esta jornada las enmiendas constitucionales aprobadas por los rusos durante un referéndum, entre ellas la institución del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, que prohíbe de hecho el matrimonio homosexual.
Sin embargo, Putin aseguró que su país no discriminaba a nadie por su orientación sexual y que la ley de 2013, que prohibía la «propaganda» homosexual entre los menores, se limitaba a impedir que esas relaciones se «impusieran» a los niños.
Ekaterina Lakhova, una senadora del partido gobernante conocida por sus ideas conservadoras, denunció que los colores de la bandera arcoíris se utilizaban para vender helados. «Es indirecto, pero obliga a nuestros hijos a acostumbrarse a los colores, a la bandera que todos ondean, incluso en esta embajada», dijo.
El embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, dijo en Twitter el 25 de junio que «nuestra embajada despliega la bandera arcoíris en solidaridad», acompañado de un video de la bandera colgado de una fachada del edificio, en una arteria muy frecuentada de Moscú. La embajada británica también izó esta bandera. Miembros de un grupo conservador ortodoxo protestaron ante la embajada, pisoteándola.