En medio de una batalla legal por conseguir que su identidad de género fuera reconocida, Ekai Lersundi, un adolescente transgénero de tan solo 16 años de edad, se suicidó en su propia casa la semana pasada. El cuerpo del joven fue encontrado por su madre, quien afirma que el joven murió esperando que por ley se le otorgara un tratamiento hormonal que nunca se le fue proporcionado.
Ekai vivía en Ondárroa, municipio de la provincia de Vizcaya, en el País Vasco, España, y desde hace más de un año emprendió al lado de sus padres una batalla legal para que el género con el que se identificaba apareciera en sus documentos oficiales.
Asimismo, el adolescente buscaba que la Unidad de Género del Hospital de Cruces, uno de los centros sanitarios públicos más grandes del País Vasco, le proporcionara el tratamiento hormonal que necesitaba para iniciar su transición de género. Otra de las exigencias por las que trabajó el joven durante su vida fue que en los programas de estudio de la escuela a la que asistía se impartieran temas relacionados con sexualidad y género, pues quería que los estudiantes y profesores conocieran la realidad de las personas transgénero, homosexuales, lesbianas y bisexuales.
“Esta batalla la hemos perdido como sociedad y a Ekai nadie puede devolverle ya la vida… (Es) la peor de las noticias, pero vamos a seguir luchando por la memoria de Ekai y por esas niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad”, señaló Bea Sever, vocera de la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis Euskal Herria.
La organización señaló que el suicidio de Ekai recuerda lo importante que es para la vida los jóvenes transgénero cambiar su nombre e indicador de género en sus documentos oficiales y recibir el tratamiento hormonal para que puedan vivir conforme al género con el que se identifican.
Tras el suicidio del adolescente, su padre decidió publicar una carta abierta en la que expresa sus sentimientos a su hijo y abre sus pensamientos acerca de la forma en la que decidió quitarse la vida.
“Pensaba que era más fuerte y duro de lo que soy pero, aun así, respeto tu decisión de irte cuando tú has elegido”, escribió.
Además añadió: “Sé que tu ida no será en vano y, como tú lo decías mil y una veces, en muchas cosas, que al menos sirva para allanar el camino a los que vengan por detrás. Espero que tú, mi genio, EKAI, seas el último”. De acuerdo con la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis Euskal Herria, el número de suicidios entre entr adolescentes transgénero es de un 30% más alto con respecto a otros jóvenes de su edad.
Con información de El País y El Español.