Nick y Sarah Jensen, una pareja muy heterosexual y muy cristiana que en 2015 prometieron que si aprobaba el matrimonio igualitario en Australia se divorciaría como forma de protesta.
Lo que sí pensaban hacer era seguir viviendo juntos, tener más hijos y seguir llamándose marido y mujer el uno a la otra y la otra al uno.
Según la ley australiana una pareja que quiera divorciarse ha de demostrar que el matrimonio está roto de manera irreparable y, además, han de estar al menos un año viviendo separados. Así que nada de me divorcio a medias pero sigo viviendo con mi mujer y llamándola mi esposa. O nos divorciamos todos o el matrimonio al río.
Por el momento Nick y Sarah están calladitos. Pero, por si lo hacen, ha aparecido un abogado dispuesto a ayudarles desinteresadamente en todo el proceso legal que se abre irremediablemente frente a ellos, Michael Tiyce.
Dos detalles que no te hemos comentado. En el distrito en el que viven Nick y Sarah no sólo ganó el SÍ, si no que el resultado a favor fue un 10% superior a la media nacional.